Atención estas señales, te están diciendo que necesitas ayuda con la gestión de tu peluquería
Nos agobiamos en nuestro negocio de peluquería y no sabemos muchas veces porqué, creemos que no hay suficiente trabajo, que los gastos corrientes son excesivos o que se despilfarra producto, todo esto influye si, pero en un 80% de los casos, que tu negocio vaya mal, solo es causado por una mala gestión.
Estás son las señales o indicadores que te pueden dar la alerta sobre si es el momento de buscar ayuda en la gestión de tu peluquería.
1- No alcanzo a pagar las nóminas a fin de mes.
Es uno de los primeros signos de que algo no va bien.
Los primeros meses que pasa lo cubrimos con recursos propios, si los hay, o pidiendo financiación.
Pensando que es algo pasajero, vamos dejándolo pasar sin preparar ningún plan y sin buscar el problema de porqué te está pasando eso.
No esperes a que todo se desmorone, habla con tu Equipo y expón la situación.
Puedes buscar una solución con ell@s, a veces pueden aportarnos ideas o una ayuda inesperada.
2- No hago más que trabajar y no veo resultados en mis cuentas.
Estoy cansado de oír esto, “me mato a trabajar y no saco ni para seguir abierto”.
Esta situación es una alerta muy clara de que no estas administrando bien tus recursos, humanos, económicos y/o de tiempos.
Si te pasa esto, piensa que es el momento de parar un poco y mirar que está pasando a tu alrededor.
Saca la cabeza del tocador y empieza a gestionar bien tus recursos.
3- El Equipo no me responde y hay mal ambiente en el salón.
Cuando un Equipo no responde y no trabaja unido, la mayoría de las veces es debido a una mala o nula dirección.
Imagina un barco de vela sin capitán, sin alguien que indique la dirección o que vela subir o bajar.
El caos sería tan tremendo que lo más probable es que el barco termine hundido o varado.
4- Entra mucha clientela nueva en el salón pero no veo que suba la facturación.
La falta de retención es otro indicativo que nos marca la falta de una línea a seguir.
Puede ser que tengamos una buena imagen desde el exterior y una carta de servicios atractiva, respalda por un buen producto.
Esto unido a la buena situación del salón, puede hacer que muchas personas se interesen y entren al salón.
Llevar un control de ésta clientela es fundamental, pero pero hacer un seguimiento de ella es imprescindible.
Ya he hablado antes del software que uso yo en mis salones, Pelugest, gracias a el puedo obtener listados y estadísticas muy útiles sobre mis clientes y sus hábitos de consumo. Pero tienes otros también muy potentes como Shortcuts y otro muchos.
Si te está pasando ésto puede ser por dos razones, tu servicio es de mala calidad o tus protocolos de trabajo y tu Equipo humano no da para más.
Identificar el motivo es el primer paso para poder solucionarlo.
5- No consigo mejorar el Equipo, la gente que contrato se acaba marchando.
La peluquería es un negocio de servicios y para prestar un buen servicio es fundamental tener un buen Equipo.
La selección de los integrantes del Equipo no puede tenerse a la ligera.
Hacer un buen planteamiento del perfil a buscar para seleccionar bien a los candidatos/as es la base de ello.
Evita coger a la primera persona que se ofrezca, que no lleve la necesidad, piensa que si todo va bien convivirás con ella más que con tu familia.
Redacta un anuncio atractivo y no seas racan@ con el sueldo, pero tampoco demasiado esplendid@, debe ser justo.
Detalla bien cuales serán sus competencias y haz siempre una o varias pruebas.
Y por supuesto, si ves que no encaja, indical@ que quizá tu salón no sea su sitio e invita que busque otro sitio donde trabajar.
6- Cada vez me apetece menos ir a trabajar.
Cuando las cosas van mal, es normal que intentemos evadir el problema, pero tienes que ser fuerte y buscar soluciones.
En el momento que empieces a analizar los problemas que te han llevado a ésta situación.
Y empieces a buscar soluciones a éstos problemas, la energía verás que empieza a subir.
La ganas de hacer cosas nuevas también aparecerán de nuevo.
No hay nada como tener un plan para motivarte a seguir.
7- La clientela se queja de mis precios.
Una queja, aunque parezca lo contrario, es algo positivo porque te tiene que llevar a reflexionar sobre ello.
Si solo una persona se queja, no le des importancia, pero si ves que es generalizado, empieza a indagar.
Los precios es un indicativo del servicio que aportas, si a tu clientela le parece caro es porque estas dando un servicio mediocre en función al precio que cobras.
Quizá tu Equipo no de un servicio adecuado o la calidad de los productos no esté acorde con lo que espera tu cliente.
8- No se cómo hacer que entren más clientes en mi peluquería.
Esto es muy habitual y en la época de la comunicación instantánea a mi me llama mucho la atención.
Recuerdo que hace 30 años cuando empecé en la peluquería, mis padres debían hacer verdaderos sacrificios para traer clientes al salón.
Lo más habitual en aquel entonces era el buzoneo de publicidad, bien repartiendo o enviando por correo.
Pero también recuerdo que hicieron un anuncio para los cienes locales y organizaban pasarelas trabando conjuntamente con alguna tienda de ropa de la zona.
Ahora, con las redes sociales el esfuerzo para mostrar nuestro salón y nuestros trabajos es mucho más fácil y económico.
Crear un buen plan de marketing está al alcance de cualquiera, si de ti también, hay multitud de tutoriales en internet y con cualquier móvil tienes la capacidad de hacer fotos increíbles.
Y si no te crees capaz, busca a un profesional que te ayude.
9- Por más vueltas que le doy, las cuentas no me salen.
Lo primero que te tienes que preguntar ¿Sabes cuanto tienes que facturar para que te salgan las cuentas?
Si no sabes tu punto de equilibrio, ya puedes dar todas la vueltas que quieras que al final lo único que va a pasar es que te marees.
Aunque lo he puesto como punto final, es lo primero que debería hacer, saber cuanto tienes que facturar como mínimo cada mes o cada día para cubrir gastos.
Y entre estos gastos has de incluir, si o si, tu sueldo, no me vale que me digas que ya cobrarás cuando las cosas vayan mejor.
Si no tienes un sueldo, al final acabarás sacando dinero de la caja y es normal porque tienes que vivir.
Y si eso pasa nunca te saldrán las cuentas por más vueltas que le des.